THE END OF THE F***ING
WORLD
Hoy voy a hablar de una serie que me recomendó mi excelente amigo Lario. The End of
The F***ing World es una serie de Netflix basada en el cómic homónimo,
son 8 capitulitos de nada y solo duran unos 20 min. cada uno. ¿Es este el motivo para verla? No,
ansiosos que sois unos ansiosos. Hay que verla porque es cojonuda, así, sin más.
La historia comienza con una pareja de inadaptados, él es un psicópata que quiere matarla a ella y ella es una borde que no
encaja por eso, porque es una borde. Es decir, unos personajes con los que es
imposible empatizar y que estamos deseando que las pasen canutas. Después de ver el primer episodio me dije:
hale, una versión adolescente de Dexter, pero
deseando que lo pillen; pues no, no es eso.
A la serie hay que darle la oportunidad de ir avanzando en
su trama, me lo agradeceréis. Es
una excelente road-movie (no tan buena como “Convoy” de Bloody Sam, aviso), con un aire a
Wes Anderson y a David Lynch, pero con personalidad propia. Me diréis que el tema de las road-movie está muy trillado, no digo que no (hasta
El Quijote lo es), pero, aunque la historia parezca la de siempre, aquí está muy bien
contada.
En el aspecto técnico
la ejecución es perfecta. La fotografía con una paleta de tonos pastel se
identifica perfectamente con la estética “Snoopy” del cómic. La banda sonora es la leche, la
puedes ver con los ojos cerrados y sigues disfrutando, claro que detrás de ella está Graham Coxon (si, el de Blur, palabras mayores). Las
interpretaciones son bastante buenas, además de a ellos
dos (James y Alyssa), resaltaría a Gemma
Whelan (nuestra querida Yara Greyjoy) con una maravillosa y humana policía.
¿Son estos motivos para verla?
Pues sí, pero no los más importantes. Estamos ante un viaje iniciático en el que dos personajes
inadaptados van tomando conciencia de quienes son gracias a la interacción con el resto de la humanidad, no
importa si esa humanidad es deleznable, ellos van utilizando esas experiencias
para formarse. No es el paso de la adolescencia a la madurez, es un viaje más complejo, divertido y desalentador.
Eso es esta serie. Aunque no lo parezca,
yo también tengo sentimientos (siento
hambre, sed, calor…), y esta serie, sus
personajes, sobre todo su evolución, me
hicieron viajar a mí. De un principio, en el que
deseaba que se mataran entre ellos cuanto antes, a un final???(ya han anunciado
la 2ª temporada) en el que los
autores consiguieron que empatizara completamente con esta pareja de raritos.
Eso es contar bien una historia, cohones.
No esperéis una cantidad ingente de acción y truculencia. No esperéis humor a raudales, el humor es fino, elegante, negro y muy bien dosificado. No esperéis nada de lo que os han contado. The End of The F***ing World es una serie que deberíais de ver, sin expectativas, sin
prejuicios, huid con ellos durante las tres horitas que dura toda la temporada
(no os quejéis, que las versiones del
director de toda esa parranda de anillos dura mucho más), disfrutadla de una sentada y ya me diréis.
Valoración: 8
sobre 10
Vi la serie de un tirón, con los descansos propios para repostar y evacuar. Que decir de la serie... me sorprendió, sin llegar a volverme loco, tal vez esperaba más sangre partiendo de las ideas del protagonista. En definitiva, quedó satisfecho por el visionado y expectante por si hay segunda temporada...
ResponderEliminarLa hay, la hay. Precisamente esa idea de ir rompiendo con los esquemas que esperábamos encontrar es de lo que más me gustó de la serie. Si te das cuenta es un canto a romper con las ideas preconcebidas: un psicópata que no lo es, una amante débil que es la fuerte, un hippy que es un puto liberal...Muchas gracias Frank.
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